Muchas gracias Marina por susurrarme este cuento
desde muy dentro de tu corazón.
desde muy dentro de tu corazón.
Besos con dulzura. TG.
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Abrió
la puerta y le dejó pasar. Los vampiros no pueden entrar de no ser invitados.
Ella le invitó.
El
peligro no estaba en sus largos colmillos centenarios. Un poco de sangre, no era
un precio muy alto. Lo inquietante eran sus ojos, mezcla de incertidumbre y
deseo. Su sonrisa luminosa hacía que el sol no fuera un bien
necesario.
Ella
le dejó entrar tendiéndole la mano.
No
estaré en tus mañanas, ni en las doradas tardes de un otoño decadente. Me
tendrás en tus sueños más profundos.
No
estaré en los rayos de un sol impenitente, seré hilo de plata para trenzar tu
pelo.
Le
dejó quedarse, para que el murmullo del bosque se llevara el aliento que lo
trajo.
Hoy
es un día especial para mi querido Dulce, por
eso le susurro un cuento dedicado.