lunes, enero 31, 2022
El Baile por Sandra III.
sábado, enero 29, 2022
El Baile por Albada IV.
Baile con abanico, para Dulce
La invitación era sucinta, minimalista y franca. Se ruega asista con un abanico. Sólo un abanico me parecía poca prenda, y de nulo abrigo para estas fechas de fin de año, así que, una vez escogido el complemento, (me decanté por uno de plumas, con un cierto aire egipcio), sólo me quedaba elegir mi atuendo.
No quise usar más color que el negro, que, bajo el tono azulado de mi abanico, luciría sin quitar esplendor al propio abanico. Era entallado, con una falda de sirena y un escote palabra de honor. Me embutí unas medias de rejilla y elegí unos zapatos de salón. Me maquillé lo justo para engalanar mi mirada azul y mis labios frambuesa. No soporto ese aspecto de meretriz de algunas mujeres que confunden la evocación y la intriga con un erotismo de saldo.
A las diez, hora elegida para iniciar el encuentro del baile de fin de año, estaba en la puerta del castillo. El anfitrión llevaba antifaz con lentejuelas rojas y negras, y un abanico muy varonil. Nos besamos las mejillas. Su aroma era a musgo y almizcle, un perfume denso que quedó sobrevolando por mi cuello, y que, en mi afán por oler mi propio perfume afrutado intenté disolver, o atenuar con movimientos enérgicos de mi abanico.
El ponche estaba exquisito, y las delicatessen las encontré muy acertadas. Poco que ver con esos bombones de anuncio en casa de un embajador. El anfitrión iba y venía, agasajando a todos, con esa caballerosidad y hospitalidad que le caracteriza. Se paseaba por la sala, si bien dejé de verle un buen rato, tal vez tras una puerta que traspasó con la mujer de blanco y abanico japonés.
Otro caballero llevaba el mismo perfume, denso, y que quedó flotando cuando me entretuvo con unas anécdotas muy divertidas de su periplo en un viaje fotográfico por el Serengueti.
Yo abría mi abanico completamente, dejándolo a la vista, y con él me abanicaba cerca de la mejilla, por líbrame un poco del aroma, pero él seguía con su cháchara sin atender a mi vano intento porque se percatase de que prefería estar sola, pero no hubo manera. Cansada, con dolor en un juanete, y sin saber cómo deshacerme del tipo del antifaz negro y abanico rojo, me escabullí. Sin despedirme de nadie, llamé a un Uber y regresé a casa. Al día siguiente me llamaba alguien que dijo llamarse Daniel. Yo tenía que recordarle, según él.
─ Sí mujer, que te hablé del Serengueti.
Dios, me dije, el pesado. No pude oler su perfume, lo que me tranquilizó un poco.
─ Estoy loco por volverte a ver. Con tu abanico dejaste claro que te atraigo, y quiero que sepas que tú a mí me atraes muchísimo.
─ Caray, no sé qué decirte, no tenía conciencia de enviarte mensaje alguno.
─ Eras la mujer más elegante e interesante de la velada. ¿Podríamos quedar? ─ remató─.
Reflexioné un instante. Salvo su perfume, me gustó mucho, sobre todo su voz y su sentido del humor.
─ Con una condición, te veré si acudes sin colonia alguna.
De eso hace cinco años. Sin perfume ni abanicos, hemos construido nuestro paraíso, en el Serengueti.
© Albada Dos
jueves, enero 27, 2022
El Baile por Ginebra Blonde IV.
Otros Mundos
©Ginebra Blonde
martes, enero 25, 2022
El Baile por Auro IV.
Versos, Seda y un Salón
La propia tarjeta trae su toque de Magia, el color que la viste, el aroma que desprende. A todo el conjunto hay que añadir de quien proviene. Miro a los ojos del mensajero y con decisión tomo la invitación y el reto. A mi mente llegan imágenes de una historia que leí hace años: “El abanico de seda” Elijo uno igual que el de la protagonista y entre las varillas de madera escribo unos versos destinados al anfitrión, solo él sabrá que están ahí. Sé que me salgo del guion, pero esta es mi historia.
Me recibe con suma elegancia y yo respondo con una inclinación de cabeza. Los adornos de mi pelo acompañan al gesto y parece que celebran tal recibimiento. Le hago un ligero guiño con el abanico dejándole al descubierto el comienzo de un verso. Su mirada de expectación tras su bonita máscara me dice que he captado su atención.
· Querida Auro, he podido apreciar mi nombre entre esos versos. ¿No es así?
· Ha acertado, Querido Mío. Tal vez durante un baile le revele el resto del contenido.
· No debemos demorar más. Comencemos con este Vals que ahora mismo suena.
· No sea presuroso, y esperemos a la media noche… Disfrute con el resto de las Damas y no olvide que aquí estaré para el final de las campanadas.
Guardo mi sonrisa pícara tras el abanico, mientras su cabeza se inclina levemente en un intento de rescatar alguna que otra palabra más.
Le veo bailar con todas las Damas del Salón. A cuál más bella, sin ninguna duda. Hasta le veo perderse en más de una ocasión.
Apuesto por su curiosidad y espero hasta la hora de la cita. Tras mi máscara le veo llegar radiante y puntual para conocer lo que el abanico guarda solo para Él.
©Auroratris
domingo, enero 23, 2022
El Baile por Cora III.
"Un año más recibí la invitación para el Baile del Salón de Dulce"
Confieso que no pude resistirme abrirla en el momento, el mensaje ya lo decía todo... mmm... una máscara, ese abanico y disfrutar de los placeres, algo así no se puede dejar pasar.
..............................
Llegó el día tan esperado, aunque me gustó improvisar...
Esta vez tenía ya calculado irme a una estación de metro,
es cierto un caos o falta comodidad, pero luego bebes un poquito
y la verdad que preferí ir a lo seguro.
Entré en la estación, mi cara de oh no !! cuando intenté pasar el bono del metro y estaba caducado. Empezamos bien pensé.... con ese nerviosismo que me recorría todo el cuerpo, de imaginarme allí mismo en aquel salón.
Llevaba un vestido rojo, sencillo... a su vez elegante.
De raso, dejando marcar mis formas, un escote triangular, mi melena larga azabache, unas ondas y un adorno a un lado del pelo.
Era mi esencia engalanada de esas curvas que seducen como su invitación.
Al abrirse las puertas del metro para acceder, se me quedó enganchado el bajo del vestido, así que imaginar mi cara.... de trágame tierra jajaja...
Me sentía como Pretty Woman en la escena de la ópera.
Ya... llegando al Castillo de Dulce... me temblaban hasta las pestañas de la emoción, se abrieron las puertas enormes, con unos pomos en cada una, de dos leones.
El tan caballero, me recibió tomando mi mano,
con un beso deslizando sus labios sobre ella y un guiño.
Sus ojos me atravesaron, me desnudaron de arriba abajo,
como un incendio ardía mi interior, esa conexión de pupilas retenidas sin poder apartarnos el uno del otro.
Mientras.... no pude evitar morderme mi labio inferior.
El baile empezó, todas bellas con sus vestidos, sus peinados y esa música de fondo, sonaba nuestra canción...
Las máscaras eran destellos, me sentí como en un sueño, resucitada como brisa cada vez que él se acercaba, sus manos rozaban mis caderas, bailábamos sintiendo, enardeciendo nuestra codicia, con el roce de su boca adosada disimuladamente a mis comisuras, pintadas de rojo carmín.
....
Llegó la hora de brindar, sentí un escalofrío cuando cruzó sus brazos con los míos.
Alzamos las copas, brindando por los deseos y felicidad ante todos los invitados!! El baile sucedió.... con una intensidad indomable, entre risas, miradas y demonios libertinos... queriéndose escapar.
Mi pensamiento me traicionaba me decía .... Cora, ya es hora de volver, no podía despegarme de ese ritual, de instintos inconscientes aún a altas horas ya de la madrugada.
Aquella locura me podía, cual embrujo adueñando mis sentidos.
Dulce como buen caballero, cuando ya todos abandonaron el salón, me invitó a pasar la noche en su castillo.
Su proposición era insistente, por sus cuidados... me decía... por lo que me pudiera pasar de puertas afuera, sola...en una noche como ésta.
Me puso un collar,
una cinta roja vendando mis ojos y me dijo ven...
(dejé caer el abanico de mis manos...)
Confieso que por mi pecho corrían latidos incesantes, en taquicardia, ansiosa de su voluntad, bebimos y bebimos...
Hasta desfallecer entre sus brazos.
Desperté sola, con su olor impregnando todo mi cuerpo, rodeada de pétalos rojos,
entre sábanas de sedas blancas arrugadas.
Dulce me esperaba con el desayuno en una mesa repleta de detalles, velas encendidas, tazas de café y una bandeja plateada llena de pastas y dulces.
Dijo sonriendo... dormiste bien?... contesté sonrojada ...sí...
......
Que pasó?... ya de nada me acordaba. :)
(©Cora)
lunes, enero 17, 2022
Baile final.
Y una vez más la música se va desvaneciendo en el aire, las luces se apagan y El Salón guardará las historias de mágicas fantasías que dieron vida un año más al Baile de Máscaras en Mis Dominios.
Las invitadas acudieron con la ilusión de siempre, trayendo consigo la elegancia, la belleza, la sensualidad, la magia y la alegría de vivir una fiesta diferente y única. Flanqueado por mis cuatro Leones les di la bienvenida una a una.
Y así el Baile comenzó, las fantasías de cada invitada llenaron el salón, y también las habitaciones de Mis Dominios, autómatas, collares y desayunos, un poema secreto, una tarta de manzana, pasajes a otros mundos, sueños y encuentros furtivos de dulces placeres. Los abanicos batiéndose con secretos mensajes que quedarán tras las puertas de Mis Dominios...
Gracias por asistir: Sandra Figueroa, Albada Dos, Cora, Mag, Flor, María, Ginebra Blonde, Auroratris, Dafne Sinedie, Carmela, J.P Alexander, Hanna, Frases Bonitas, Rosa Mª Villalta, Rocío G.Tizón, Milena, Mujer de Negro, EvaBSanZ, Carmen Silza, Nuria Lourdes, Amapola Azzul, Rosana, Eli Méndez, Alma Baires, Campirela, Beatriz Martín, Seveth, Rykardo, Nocturno Náufrago, José Ramón Santana y Eros.
Sin sus presencias mi Baile no hubiera sido posible. Mi Gratitud por ser cómplices de la dulce magia y compartir esta fantasía.