sábado, abril 28, 2018

El Castillo.

Si aún de lejos el castillo lucía imponente, estar ante la puerta principal causaba un escalofrío que recorría el cuerpo, afortunadamente la maleta era liviana, ya que subir la colina tomaba varios minutos y era imposible llegar en coche.
 
Antes de llamar a la puerta miré la tarjeta de invitación, no llevaba remitente, solo señalaba el lugar y la fecha. Entonces toqué.

La puerta se abrió, extrañamente un helado viento corría desde dentro hacia afuera, me asomé y entré esperando encontrar a alguien más. Una vez dentro escudriñé el lugar con la mirada, lleno de antigüedades, cuadros de retratos, candelabros y esa escalera que invitaba a subir. Algo parecía llamarme, no sé el qué?.
 
 
Subí cuidadosamente cada peldaño, tanto silencio solo hacía que mis pasos resonaran por todo el castillo, así llegué a una doble puerta, que no pude resistir a abrir.

Al hacerlo, ante mi sorpresa, me encontré con el resto de invitados charlando amenamente, sin embargo ningún rostro me era familiar, aunque ellos me saludaron amistosamente. Una mujer joven y atractiva se acercó y me ofreció una copa de vino, acepté y decidí dejar las dudas para unirme al aparente festejo.
 
Todos parecían ser viejos conocidos entre sí, las risas abundaban, 
comencé a tomarles fotos a los invitados, hasta que un grito llenó la estancia e interrumpió el bullicio, todos fuimos tras el sonido encontrándonos con un cuerpo de un hombre tirado en la cocina, a pesar de su pálido semblante parecía tener pulso todavía.

De pronto las luces se apagaron, el murmullo cesó a mi alrededor, encendí la linterna que oportunamente tenía en mi bolsillo, alumbré con ella y comprobé que volvía a estar solo y ahora además a oscuras. El cuerpo de aquel hombre ya no estaba.

A pesar del temor que ya se apoderaba de mí, me propuse recorrer el castillo, tratando tal vez de encontrar al desconocido anfitrión. Desde una habitación en ese largo pasillo provenían sonidos extraños, sin embargo la puerta estaba cerrada con llave. Traté de forzarla sin lograr que cediera. Pegué mi oído a la puerta. Qué era aquello? una aguda queja lastimera que poco a poco se fue apagando. Preferí no indagar más y seguí caminando.
 
La última puerta parecía tener una energía particular, el haz de luz roja potente que emanaba desde ella hacía imposible mantener la mirada. Esta sí parecía estar abierta y ya estaba decidido a entrar, pero antes de girar el pomo recibí un fuerte golpe en la cabeza que me dejó inconsciente.
 
Desperté por la mañana en una cama dentro de otra habitación, aún sentía el dolor en mi nuca. Incorporándome miré al costado y sobre el velador había una botella de aquel vino y la cámara de fotos, los invitados deberían estar retratados allí, pensé, y comencé a mirarlas, siendo grande mi extrañeza al notar que nadie aparecía en ellas, solo las telas blancas cubriendo los muebles, telarañas, polvo. El castillo carecía del brillo que había presenciado al llegar.
 
Todavía incrédulo cogí la maleta y decidí dejar el lugar lo antes posible.  
 
 
 
Relato que forma parte de la propuesta: "Un evento inesperado" para el blog "Paraíso de Letras" de Ginebra Blonde. 
 

martes, abril 24, 2018

Detalles.

 
Un fénix que renace
en la pendiente de su espalda,
un influjo marino
que le invita a la calma.
Una voz que disemina
en fragmentos su historia,
un tango de largo aliento
que baila en la memoria.
Un café con aroma a caricia
que abriga la mañana,
una mujer de mar y arena
con nombre Alma.

viernes, abril 20, 2018

Transparencia.

 
La vi antes,
la vi después.
la vi batir alas y ascender
abriendo el cielo.
Preludio
de todo lo bueno,
certeza
para todo lo incierto.
Y es aire
y es ángel
que como grácil niña
incendia las pupilas.
Corazón puro
belleza y transparencia,
alma candorosa
que se deja mecer al viento.
La vi antes,
la vi después,
la veo siempre
con ojos en creciente.

lunes, abril 16, 2018

Verbo.

 
Sé la hiedra
trepando por mis piernas
con el rigor que impone la obediencia.
lame como hábil sierpe
el sendero más prohibido
pronunciando las palabras
que saben a privilegio.
Porque no hay mentira
cuando la mirada
se posa sobre la firmeza
y en exhalada exclamación
la adoración se revela.
Siente lo que eres,
verbo que se conjuga
en las formas que yo quiero, 
cuando la dicha te alimenta
desde el poderío
creciente ante los ojos.
 
 

jueves, abril 12, 2018

Siete.

De pronto se me vino a la mente, el cumpleaños de mi blog, ya pasó?, corroboré la fecha y era precisamente al día siguiente, pero como el tiempo apremiaba lo pospuse un día.

Y dicen que no hay plazo que no se cumpla, así que es el momento de celebrar un año más, ya siete años en el Dulce susurro de las palabras. También es un buen momento para agradecer a quienes pasan y dejan sus palabras, más aún a quienes me acompañan constantemente en cada publicación. Toda mi gratitud por brindarme cariño, aprecio, inspiración y tiempo, por ser parte de cada día ya en siete años ininterrumpidos de poemas.

Mis besos dulces, mi agradecimiento y que la música vuelva a sonar en El Salón.

 
___________________________________________________
 
de Cora
de María Perlada
de Auroratris
 
de Ginebra Blonde
 
de Marina 
 
de Carmen Magia

lunes, abril 09, 2018

Espirituosa.

 
Se alza como fortaleza
emergiendo desde realidades,
pero sin negarse a beber 
del elixir infinito de los sueños.
Ánima espirituosa
montada como amazona
sobre el altivo corcel del valor,
febril ante el arrebato del corazón.
En su rebelde causa
la agitación del ser como bandera,
en su grito candente
el pacto entre palabra y sentimiento.
Aunque caiga invadida, diluida,
libre será renacida  
porque solo la vence
la espada templaria de la pasión.
 

jueves, abril 05, 2018

Letanía.

 
Señor, ten piedad
musita antes de silenciar su voz,
vencida ante un único deseo
que en suprema medida
reina y resuena
cual letanía por su interior.
Eclosiona como luna nueva
partida en dos,
como santa y pagana,
sierva de quien la forja
abriendo su mente a otra visión.
No habla de templos
más se postra en profesa devoción
recogiendo a ras de un beso
el sabor de lo antes ignoto.