Fecunda de palabras
hace del tacto
pecado que profana
los cuerpos en la impiedad
del atrevimiento.
A voluntad se alza
por sobre el horizonte
envuelta en el velo regio
de los arreboles.
Y desde allí
despliega su soberanía
sin abandonar la devoción
con sentimiento fiel
a quien ensalza en su plegaria.