Inmóvil
ante
el abismo del miedo
sin saber huir,
sin poder conseguir
desprenderse de la piel.
Olvidando
la emoción del sentir,
consumida día tras día.
Cuánto cuesta
reconocer las heridas
para volver a creer
y emprender el vuelo otra vez
desatando las alas,
decretando la sanación,
y ser
todo lo que puedes ser.