Déjame un beso
que me hable del infinito deseo
que habita en ti.
Déjalo con ternura y pasión,
como una firma que no se borre
ni con el tiempo, ni con el dolor.
Déjame un beso
grabado con tus labios sobre mi piel,
como un tatuaje impregnado de ti.
Déjalo, hazlo,
hasta fraguar mi cuerpo con tu dulzor.
Escoge dónde lo dejarás...