jueves, noviembre 24, 2011

Tu tormenta.

Aún tengo en mi piel
el eco de tu desenfreno
y mis poros erizados
por el descontrol de tu boca,
desde la suave ternura de tus susurros iniciales
hasta el estallido de tu excitación final
grabados en mis oídos,
porque ese momento lo soñabas
y anhelabas con impaciencia
tanto que al llegar
tu corazón parecía querer salirse de tu pecho,
ahogado de goce y delirante por el deseo
y al final de la tormenta,
una tormenta que parecías no querer acabar,
tu jadeo constante,
mi voz en tu oído que te aquieta
mientras la tuya clama repetir.

domingo, noviembre 20, 2011

Al final de la noche larga.

La noche me da a escoger
y escojo soñarte
nunca muy dormido,
nunca muy despierto
en el punto en que todo sea un placentero viaje
mezclando sueños y deseos verdaderos.
Los tuyos, los míos,
juntos
para convertirlos simplemente
en el nuestro,
te sueño, te tengo
y no hay fantasía que no podamos crear
con el sólo deseo,
mis alas son mis ganas de en ti perderme
para mecerme rodeado de tus muslos
e inmerso en ti hasta tocarte muy dentro. 
Porque cuando me siente tu cuerpo no estoy lejos
estoy tan cerca como lo expreso,
tan cerca como lo sientas
y al final de la noche larga,
cuando llegue el momento de abrir los ojos
te veré posada sobre mi como el sol de la mañana.

viernes, noviembre 18, 2011