Podríamos ser dos delfines
sumergidos en la humedad profunda de nuestros cuerpos,
sometidos al vaivén de la marea
para naufragar al final del éxtasis.
Podríamos ser estrellas fugaces
viajando en una noche iluminada de luna llena
ofreciéndonos deseos
y buscando estirar el momento de brillo.
Podríamos ser labios ávidos de encontrarse
en besos que mezclan sensaciones,
reverberando en tu corazón azulado
con el sonido incesante que agita tu interior.
Podríamos ser un cuento
queriendo cruzar el límite de lo verdadero,
entre hadas, duendes y mágicos paisajes
con casas de chocolate dibujadas sobre tu piel bañada.
Podríamos ser tan sólo aliento evaporándose
entre caricias desnudas
que resbalan por el sudor mutuo
y desafían a los sentidos.
Podríamos ser el roce de un sueño
que nos lleve muy lejos
con los ojos cerrados
y no querer despertar para repetirlo.
Podríamos ser tan sólo aroma, sabor y tacto
si llego a tocarte con estas palabras.