Tus alas deben agitarse con la suavidad
que se agita el deseo en tu cuerpo
y tu corazón debe hacerlo de la misma manera
cuando acompaña tus sentimientos.
El colorido de tu atavío
ha de embellecer la fragilidad de tu movimientos,
cuando danzas entre flores perfumadas.
a la luz del sol en días de primavera.
Y en la crisálida de tu intimidad
te cobijaras serena para sentir tu esencia de mujer,
llena de vibraciones que recorrerán
de extremo a extremo cruzando tu piel.
En tu vuelo suspenderás el tiempo
como se suspende el roce al amar,
desafiando tu cuerpo libre la brisa ligera
entre el ensueño de la humedad matinal.
Mariposa que revoloteas en mi jardín de rosas,
imagino que reflejas la delicadeza de tu vuelo en tu mirada.
y que del néctar fresco que bebes
la dulzura se hace parte de tu alma.