con tanta dulzura como hay en tus gestos,
esa fascinación que mis versos no pueden igualar,
con esa mirada que dice más que cualquier rima
y con la sensualidad necesaria para encantar.
Pero no hay poeta
con la suficiente inspiración para imaginar
ese breve segundo en que sonríes
y entonces el tiempo toma otra medida
sólo se suspende entre tu suavidad y ternura.
sólo se suspende entre tu suavidad y ternura.
Como la estela de tu luz brillando desde tus ojos que iluminan,
como el cielo perpetuo de tus sonrisas
o ese roce acariciador que se percibe de tu corazón,
o ese roce acariciador que se percibe de tu corazón,
que similar ha de ser al suspiro que despunta en tus mañanas,
mañanas de mujer bella como un sol naciente.
Porque en ti todo se conjuga
para opacar a las estrellas,
mirada y sonrisa, aroma de niña,
mirada y sonrisa, aroma de niña,
cuerpo y piel que florece,
tú, razón suficiente para hacer poesía.