sábado, julio 21, 2012

La luz de tu reflejo.


Detrás de tu mirada
pintada de ensoñación y brisa serena
tus alas se ocultan a aquellos ojos de alma ciega
y se expanden como un signo más de tu belleza.
Tu piel de arena blanca en cuerpo de sedosa espuma
nada envuelta en tu vestido que se agita
como pétalo al viento de primavera,
en el que flotas sensible a las caricias del mundo que te rodea.
Y cual ocaso en ese mar que te apasiona
te sumerges cada noche entre quietas horas,
donde la resonancia en tu pecho imita a la caracola
suspirando sentimientos que son tu propia música.
Allí, en tu mundo de contraluces y detalles
de imágenes perpetuadas por tu memoria
vuelas para ser luz más allá
y cruzar nubes cambiando silencios por colores.
Porque sentirte se vuelve ganas de ser el aire que te roce,
ganas de ser la noche que te sueña
y entre desvelos piensa que en ti se enreda,
mientras la penumbra sucumbe ante tu presencia.
Y si un poema no alcanzara a plasmar la luz de tu reflejo
no estaré equivocado totalmente
porque es así como te siento
al tacto de mi alma y de mis versos.

miércoles, julio 18, 2012

Para el Club del Chocolate.



Cama de pétalos de rosas,
versos como caricias que tocan,
cuerpos de chocolate que tientan
a los labios ansiosos de dulzura.





Reglas del Club del Chocolate:
Que te guste el chocolate
Ser asiduo de esta casa, que es donde lo tomaremos.
 Llegar con una sonrisa y pagar con un beso…dulce por supuesto.

viernes, julio 13, 2012

Te dejas llevar.


Tu cuerpo en la entrega se libera para viajar
tomado de la mano con la imaginación
que transporta con magia tus sentidos
a un lugar lejano y anhelado.
El deseo prontamente despierta
entre aromas de fresca naturaleza
con la complicidad del encuentro
y sin espera inquieta que duela.
Te dejas llevar,
y todo el caudal contenido se desborda,
el tiempo pierde su medida
y el cielo antes gris se tiñe de azules profundos.
Cuando el sol ilumina con su primer roce
 te acaricia cual flor en el jardín de las delicias
haciendo que las sensaciones guardadas
fluyan por tus relieves como cascada.
El vibrar de tu cuerpo escapa a tus voluntades
descubriendo nuevamente con sorpresa
tu esencia sutil de mujer sintiéndose viva
desnuda en sensaciones por ataduras cohibidas.
La tranquilidad te acuna entre sus brazos,
el vacío espacio con tu sonrisa se llena
y el relajo ausente de cada noche
vuelve a ser amparo con cálidas caricias.