No sólo por cada visita y comentario que me dejan tan cariñosamente, sino precisamente por esto último, el cariño que me regalan en los tiernos, suaves y cálidos susurros que hacen llegar a mi alma.
Siempre he valorado y apreciado lo que recibo y todo lo que mis rosas de mi jardín envuelven en su perfume para mi, son tesoros para mi alma.
Por eso gracias, por tener la capacidad de sentir, soñar y dejarse llevar. Por concederme el privilegio de mimarlas apenas con una gota de dulzura.
Mi gratitud para ustedes maravillosas rosas de mi jardín. A todas Gracias.