domingo, octubre 07, 2012

Te he guardado un sueño.

Te he guardado un sueño
aunque pueda no ser el ideal ni el perfecto,
sólo un sueño donde el sentir
es el deseo posible y concedido de quererlo,
donde tu silueta se manifiesta desnuda en sensaciones
que de tus poros brotan al descubierto.
Te he guardado un sueño
donde para ti me muestro como quien quieras sea,
si al cerrar los ojos liberas para mi ataduras,
donde el todo no importa cuando vislumbras los detalles
y tu noche se ofrece abierta a la siguiente mañana
para encontrar tus caminos interiores.
Te he guardado un sueño
donde cada insinuación que delata las intenciones
resbala con suavidad en la curvatura de tus formas
sin preámbulo que retrase o diluya la sorpresa,
y allí, en el reposo de tus pechos y de tu vientre
me desprenda desatando en un gemido el nudo de tu garganta
Te he guardado un sueño
donde todo cobra sentido si despierto tu agitación con mi tacto,
si tú recoges las señales para seguir el rastro
y tu mente sólo sigue el sendero que tu piel le muestra,
un sueño cubierto de osadía y donde el único riesgo
es que mis caricias no lleguen a tocarte.
 

sábado, septiembre 29, 2012

Envuelta en dulzor.

Quién pudiera tenerte envuelta en dulzor
para ser de tu noche el constante desvelo
y de tu mañana el vestido que tu piel luce
como rocío matutino sobre tus pétalos.
Acariciar contigo los sueños sin importar el momento
y caminar descalzos sobre el deseo ardiendo
mezclando sabores que juntos sean más que sólo un beso,
atrapando así las horas para coincidir en el encuentro.
Porque si trepáramos con locura hasta lo más alto,
lo haríamos para sentir el vértigo de precipitarnos
en caída libre hacia pasiones prohibidas
y hacerlas ciertas traspasando lo verdadero.
 
 
Mi mente trazaría caminos por lo atrevido
y tu cuerpo hablaría lleno de verbos nunca dichos
alimentado la necesidad de amarnos con delirio
yendo desde lo planeado hasta lo improvisado.
Y te dejarías quitar más que el aliento
y seríamos lo que pensamos, lo que decimos,
lo que sentimos y realizamos
e iríamos donde nos llevara el instante.
Me volvería tú, y te volverías yo
bajo ese pequeño trozo de cielo en la tierra,
el mar sería tu perfecto paisaje
y yo el anhelo hecho suplica desde tu boca.

domingo, septiembre 23, 2012

Entre el ardor de tus secretos.

Atravesaste el ocaso del día para llegar muy lejos
tendiendo un improvisado puente al pronunciar un te quiero
cuyo sonido parecía precipitado al tiempo
pero llegó como regalo envuelto de un sentimiento sincero.
Humedeciste un beso que desnudo nació de tu boca
depositándolo entre la marea de mis versos
y mis labios fabricaron otros infinitos de dulce aliento
para disipar la niebla que pudiera opacar tu sonrisa.
Me trajiste la visión de una abrasadora noche bajo las estrellas
y en ti busqué la inspiración que despliega las alas de la imaginación,
como caricias nuevas trazadas en lugar de las palabras
seduciendo en armonía al impregnarse de aquello que al querer puede ser cierto.
Le preguntaste mi nombre al viento que acariciaba tu momento
y descubriste el sabor de mi boca entre el ardor de tus secretos,
así te dormiste tan ligera abrazada al aire
para ser el refugio de la noche que nos espera.