Ahora que te veo, ahora que te miro y percibo
busco el camino hasta la profundidad inexplorada
en la que tú asida a mi mano
serás hechizo de blanca magia vestido con piel de mujer,
atendiendo el llamado de un aullido que clama
desde los cálidos bosques de tu ser.
Porque con osadía he seguido el sendero para mi nuevo de tus mañanas
cruzando altas mareas desde el otro lado y así llegar
donde las murallas se derriban a pedazos entre suspiros,
desprendiéndose botón a botón, pliegue a pliegue
ante el asombro de la sonrisa guardiana de tu expresión
para grabar secretamente en tus pensamientos mi nombre que te suena a dulzor.
avivando los sentidos que se rinden más allá de lo tangible
cuando vuelas ceñida a mi desafiando el sentir,
en la verticalidad de tu goce, en la horizontalidad del mio
nos encontramos en un punto aunando la desmesura,
que al besar el viento que me trae tu aliento me sabes a edén.
Por ello en el ahora de tu alba teñido de luz violeta
bebo con apuro el agua de tu exceso porque sé
que lo eterno se evapora en segundos cuando es placer,
y si es suficiente tu imaginación para todo mi delirio
no habrá rincón en ti que haya dejado abandonado de mis labios
hasta el precioso instante en que alcances el cielo.