Para verte soñar.

No te vistes de azul
ni nada nubla lo que en verdad eres,
no caen lluvias desde ti
ni escarchas enfrían tus placeres.
En el juego constante de la seducción
tu cuerpo hipnotiza con incitantes detalles
ocultos para otras miradas, pero ante la mia reales
seduces y luego dócilmente complaces
dejándote moldear ante el pedido de tu amante
siendo pasajera en las infinitas posibilidades de las fantasías
donde los besos se deshacen entre nuestras bocas
y tus labios hacen honor al como te anuncias.
Así te despierto para verte soñar
hasta el último jadeo vertiginoso sin tocar el suelo,
porque sé del punto exacto
donde el tacto se hace en ti humedad,
es que no hay otra caricia que sea suficiente
para lograr el retrato fiel de tu intensidad al sentir,
no hay otro roce que iguale a aquel
que enciende la pasión que vive y se agita en ti.
Tengo la llave maestra,
lo que para otros es prohibido
para mi es cielo.


http://tumiradaprofunda.blogspot.com/2013/01/para-verte-sonar.html

Un jardín.

 

Un jardín,

refugio de cálida quietud que encuentra lugar sólo en ti

a un paso más allá de la dimensión de la pasión y el deseo

tan secreto y oculto como un ansioso latido,

sin estaciones ni tiempo,

sólo momentos que se hacen perpetuos

y cuyo único camino para llegar es el sentir.

Aquí la brisa sopla entre susurros que acarician

humedeciendo pétalos que de versos respiran

y sueñan al cobijo del dulce rocío,

porque es así que los deseos cobran sentido

en este jardín,

lugar de encuentro entre el poeta

y sus rosas de envolvente aroma,

mariposas coloridas de suave vuelo,

lunas y estrellas que con su resplandor

amparan el desplazamiento de figuras felinas,

mágicas hadas, hechiceras, gitanas y brujas

y el canto de sirenas que llega desde doradas playas.

Déjate dulcemente querer y florece ante el roce de las palabras

que pueden tocar y alcanzar lo más profundo

si cierras los ojos y sueñas,

que los versos que leas serán las manos que te acaricien.

La ilusión en la espera.

 

El alba conoce la manera

en como puedes encadenarme a tu amanecer

cuando te busco en ese aroma que se desprende

de la mañana más clara, inquietante e intensa

despertando con la sensación constante de haberte tenido

porque una parte de mi te pertenece aún en la ausencia

y algunas mañanas me susurran versos que yo les robo

cobijado quietamente en la tibieza de tus pechos,

allí donde late tu corazón de seda,

donde me haces respirar como una primera vez,

porque tras el cielo que duerme en tus ojos

apenas vislumbro la delgada línea entre la ternura y el deseo,

es por eso que vuelvo a mirarte y me siento perdido

al teñir del color de tu presencia mis días

opacando al resto de estrellas que aún desnudas

no igualan tu roce cuando eres la ilusión en la espera.