sábado, febrero 23, 2013

Como un deseo constante.


 
Quiero recorrer el camino
que termine en la seda codiciada de tu boca
Quiero verme en tus ojos
como la calma más bella que en tu mirada se posa
Enmudecer ante la expresión
que encarna tu silueta al imaginarte desnuda.
Quiero aunque no pueda
crear la fantasía perfecta y soñada entre tus piernas
Quiero viajar por tu geografía centímetro a centímetro
y quedarme al final del recorrido con tu sabor prendido de mi lengua.
De tu anverso ser también el reverso,
imán en tu piel que se adhiere y de ti se hace parte.
Quiero derramar adoración al tocarte
y adivinar el lugar donde tu inocencia duerme.
Quiero resbalar en el suave sudor de tus muslos
y abrir las aguas del mar de tus ansias.
Hasta quedarme en ti como un deseo constante
por tocar, sentir y besar.

martes, febrero 19, 2013

Te descubro.


 
Te despierto cuando el vacío inalterable
colma tus horas mudas en penumbras
y al sentir del tacto, casi sin mediar palabra
te llenas de la fragancia que te abraza a la calma.
Entonces te expresas siendo más tú que nunca
al descubrirte en mi plena,
en tu esencia más libre e íntima
y caminando con pasos seguros sobre el sentir.
Fue un impulso la chispa justa para avivar el fuego
y así se extendió sin límites el momento,
más allá del lugar que para tu alma fue sosiego
donde te das a lo que doy, cuando te siento como quiero.
Porque son las caricias carentes de miedos
las que pintan mi nombre sobre el terso lienzo de tus pechos,
marcando como mío el vasto territorio
que sólo cubre el fino riego de mis besos.
Y así suavemente se vuelve el juego travieso
y bebes la miel que te alimenta a tu antojo,
cuando la prisa de tu boca acelera
el placer que hierve cobrando vida.
Búscame y encuentrame de madrugada
a través del rastro húmedo que deja en ti la noche,
en esa sonrisa que en tu interior respira
y en tus ojos que ven más allá de lo que se conoce.


 

jueves, febrero 14, 2013

Mirarte.

No sospechas, no adviertes siquiera que mis ojos espían cada movimiento tuyo tras la puerta, esa manera delicada de quitarte las medias, de desabotonar tu blusa que ondea como brisa pero que no hace justicia a lo que cubre de tu cuerpo.


No sospechas, no imaginas que mi boca también se altera al ver tus pechos cobrando vida y ser presos de tus manos en esa simpleza que también guarda la agitación de tus caderas. El viaje excitante de tu manos que yo hago mio al mirarte, como el gemido de tus labios que en mis oídos se vuelve canto y me lleva a un lugar lejano.

Y no hay palabras. Todo se explica y encuentra sentido en lo que veo.

Y es que no sospechas que la excitación de mi se apodera, al ver la tuya expresarse en ese arco que tu cuerpo traza exponiendo a mi mirada lo que piensas es un secreto, y es cuando en mi nada se contiene al ver desnuda tu alma y ajena a las mentiras.

No sospechas, no lo piensas siquiera que mirarte causa el destello en mis ojos callados y esa luz se vuelve sonrisa escondiendo una mueca perversa tras ella. Las pupilas dilatadas se reflejan en el orgasmo que modula tu garganta y mi impulso se manifiesta sin ataduras ante la revelación admirada.

 
No sospechas, ni imaginas que al desnudarte y al hacerte el amor a solas me complaces. Que ver tus dedos perderse se vuelve el instrumento esencial del goce para llevarte al crepúsculo de tu solitario delirio, cuando sientes ese estremecimiento llegar que también es el mio. Porque mirarte es descubrir un gesto a cada instante, es llenar los ojos de embeleso y lujuria inmerso en una fantasía.

Y no hay palabras, y no puedes ver lo que yo veo, porque todo existe en mi mente cuando lo haces para mi.