Ángel y demonio
de igual manera tentando
con un mismo rostro.
Ojos de niña en atracción de mujer,
cuerpo que intenta encarnar lo cierto
rehuyendo los engaños.
Queriendo ser sin demora
jinete que monta
sobre la bestia indomable de la lujuria.
Soñando ávida de nuevas emociones
con las puertas abiertas
clamando el ardor en lo profundo.
Llegando, hasta el punto exacto
en que el principio de su deseo
encuentra final en el mío.