mientras caen las hojas de los árboles
igual que cae el velo de tu timidez
ante el abstracto roce
que le habla con paciencia
a tu cuerpo de mi.
Y al acercarte,
la satisfacción invade tu interior
colmando el breve tiempo de quietud,
y llego a tu memoria sin aviso
y llego a tu memoria sin aviso
como el más penetrante olor
que te explora minuciosamente,
de frescor profundo e intenso,
fluyendo por los pétalos abiertos.
Y así como adivino el color de tus ojos,
adivino el sabor que guardas dentro de ti para mi,
entre aroma a café
mezclado con la fragancia del jazmín,
ambos impregnados en el aire
que anuncia en tu noche quemante
la proximidad del placer.