Toma mi mano,
déjate llevar por la senda del éxtasis
con los ojos privados de saber,
pero los sentidos despiertos para ver
y la mente dispuesta
a cruzar el umbral de la lucidez.
Quiero ver tu respiración elevarse
hacia la perfecta sensación que te excita,
con el escalofrío recorriendo tu espina dorsal
y el instinto en ti sin resistencia.
Tocaré tus debilidades
haciendo de ellas más fuerte tu placer,
te volverás lo que sientes
adivinando el siguiente roce
al acariciar yo tu desnudez
para admirar la belleza más allá de tu piel.
Y al descubrir tu mirada
veré el fuego danzando en tus ojos,
porque soy un soñador
y tú eres el sueño que deseo
para llevarte de mi mano donde quiero.