miércoles, septiembre 18, 2013

Vértigo. (Dueto con Cristina)


Escribir ya es un placer por si solo y leer algo que es atractivo a los sentidos,
supone también un placer, juntar ambas situaciones
se transforma en un regalo.

Y este dueto posee aquellas características, escribir
y hacerlo junto a Cristina, quien me brinda el regalo
de unir sus letras siempre atrayentes con las mías.

Muchas gracias Cristina por el placer de sentir
y el privilegio de tu compañía en este poema.

Besos muy dulces.

Cristina
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"Vértigo"
(Cristina y Dulce)


No existe el tiempo de silencios breves
sólo el vértigo del jadeo sufriendo lo indecible,
en el simultáneo juego de mirarse sin los ojos,
de buscarse sin tocarse, de pensarse por el aire para olerse.
No existe el tiempo en el palpitar de nuestros cuerpos dementes,
atornillados, demoliendo en cada embestida
un gran hervidero de alas hasta el núcleo del roce.
Diseccionando con exactitud cada gesto
para enfrentarnos cara a cara con la atracción
de esta dulce y obscura pasión,
confesándonos los pensamientos más impuros
más allá de la articulación insinuante de las bocas
que arden de sequedad por gemir, sentir
sentir y no poder decir
sufrir por sentir
cuando la mente traiciona y se pierde
ante la sierpe provocadora
 y ella, sin poder reaccionar ante la tortura,
inmóvil, perdida, tan sólo suspira,
y él se detiene a sostener el aliento en el precipicio de su boca
mientras la siente morir bellamente en sus oídos,
pero agitada tan viva ante sus ojos.




Video con poema (Realizado por Cristina)
Música: "Principles of Lust - The Omen 12" Remix" (Enigma) 
            




domingo, septiembre 15, 2013

Más Regalos.

 
Gracias Claribel Alanis por este mimo.
 
Besos dulces para ti.
 

 
 
Felicidades María!!!
Gracias por compartir tus letras, sentir y cariño.
 
Besos con dulzura Mi Hada.
 
 
 

 
 
 
 
 

miércoles, septiembre 11, 2013

Brillas.


Brillas
con tu cabello dorado y tu piel de marfil,
con tu cuerpo nacarado destellante frente a mi
y te vuelves fantasía en una noche de desvelo
improvisada con los ojos tan abiertos.
Y me respiras
como lo haces con la primera luz del día
envuelta en pureza desde tu halo de luz,
mientras el incendio nace debajo de la piel
propagándose de extremo a extremo
cual hoguera fecunda que nos consume lenta
como el vicio más intenso apoderándose de los dos.
Porque para mi brillas
en esta especial conjunción
de placeres mutuos que acorta las horas,
dejando que el tiempo se disuelva
ajeno a la incandescencia
de nuestra lascivia y sin poder robarnos
esta fascinación de desearnos.


 Brillas