Dulces susurros de Marina.

 Siempre está allí, aparece por el umbral de la noche,
silenciosa, a veces me invita un chocolate caliente,
otras me regala tiempo y otras me susurra dulcemente...

de esos susurros rescato dos que ha dejado Marina
en su paso por mi jardín.

Gracias por siempre estar allí.

BdTGL.

 

_____________________________________________________________

 

Tenerte en la memoria
Tenerte en la quietud de los sueños de invierno
Tenerte en mi esencia
Tenerte allí donde moran los deseos más ocultos
Tenerte en un suspiro
Tenerte dentro de cada instante anhelado
Tenerte en un latido
Tenerte en cada instante de la memoria eterna

Y si nunca te tengo
y si nunca recuerdo
y si nunca en esencia
y si nunca te tengo en un suspiro
y si nunca el anhelo de un instante latido…
…deja que mi memoria recuerde lo vivido.

 

Y la noche espesa
se convierte en líquido sol
los caminos recorridos se desdibujan
amantes entregados explorarán el día
convirtiendo en dulce placer...
...cada instante.

 

 

 

 

Piedra Preciosa.

Piedra preciosa

amalgamada de alma transparente
y sensual piel desnuda,
tal como eres

ángel de perpetua hermosura,

de quieta apariencia como la espuma

pero de sangre caliente

para quien goza de tu fortuna.

Condéname al impulso de robarte 

y admirarte de cerca con codicia

que quiero oírte exclamar esa simple palabra

que desencadena desde tus labios la lujuria.

Piedra preciosa,
amplio firmamento en el que vuelo

estira tu mano y tócame hasta los huesos
 átame a la intensidad del momento con locura

y enséñale a mi boca ese otro idioma para decir

todo lo que guardamos lejos de las miradas,

porque sólo tú me intuyes,
cuando yo a la vez te intuyo,

tú tan mía, intensamente mía,

yo tan tuyo,
siendo pulso e impulso,
tan cerca tocándonos. 

 Piedra Preciosa

Pequeño cuerpo.

Atraparé en la ingravidez al tiempo

recorriendo sin prisa y a mi antojo

la dócil pequeñez de tu cuerpo.

Treparé hábilmente por las torres de tus pechos

dejando que mi lengua ondule libremente por ellos

y lograr que ardas inclementemente por dentro.

Nadaré en el espesor del calor entre tus piernas
guiado por el faro permanente de tu sonrisa

para sentir el afluente de tus mares.
Comeré desde tu boca el fruto desprendido de tu aurora

y serás mi flor de seis pétalos

en el instante que para mi te vuelvas eterna.