El músico encuentra belleza en los sonidos,
el pintor en los colores,
el poeta en las palabras...
Cristina sabe de esa belleza que guardan las palabras,
aún más allá de lo que muestran.
Gracias mi querida Cris, por dejar tu perfume de rosas
impregnado entre mis dulces susurros.
el pintor en los colores,
el poeta en las palabras...
Cristina sabe de esa belleza que guardan las palabras,
aún más allá de lo que muestran.
Gracias mi querida Cris, por dejar tu perfume de rosas
impregnado entre mis dulces susurros.
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La caricia trepa en suave aleteo
sube como espuma sobre la piel conocida
deslizando todo tu aroma viril
hacia riquísimos goces.
¿Cuántas palabras has escrito con tus húmedos dedos sobre la piel anunciada?
No muchas,
pocas bastan,
el silencio jadeante llenará el alba de dicha.
sube como espuma sobre la piel conocida
deslizando todo tu aroma viril
hacia riquísimos goces.
¿Cuántas palabras has escrito con tus húmedos dedos sobre la piel anunciada?
No muchas,
pocas bastan,
el silencio jadeante llenará el alba de dicha.
El Sol rompe esquemas recorre desnudo el cielo nocturno
impregnado de tu perfume y el alivio de tu aliento.
El Sol llega vibrando al encuentro con la penumbra
entre ruidos de caricias y ternura
brillante y pulido como bronce
que almacena el vaho caliente de un beso.
impregnado de tu perfume y el alivio de tu aliento.
El Sol llega vibrando al encuentro con la penumbra
entre ruidos de caricias y ternura
brillante y pulido como bronce
que almacena el vaho caliente de un beso.
Florecida poesía en el ígneo palpitar de tus venas,
máscara de pensamiento blanco que atraviesa la niebla,
es tu pecho como espuma que se eleva y besa los labios de la aurora,
y arrastra el cielo y sus formas...
Las gotas finas de la lluvia y tus nubes.
El regocijo de tus pupilas en las mías.
Tus labios sobre mi vientre.
Mis dedos que te acarician.
La primavera en un sueño eterno
y la floración transparente surge en tu cuerpo de Dios nocturno...
La llama retorcida en mis entrañas.
y la floración transparente surge en tu cuerpo de Dios nocturno...
La llama retorcida en mis entrañas.
Y se esclavizaba mi carne en tu carne
y me libertaba en el olor intocable del deseo
tus manos desgarrando la furia
mientras ascendía mi cuerpo junto a Eros.
y me libertaba en el olor intocable del deseo
tus manos desgarrando la furia
mientras ascendía mi cuerpo junto a Eros.