Laberinto de otoño.

Parafraseando mi poema "Por ti", Marina escribió un precioso texto

que me ha regalado y es hora de destacarlo 

y darle un lugar entre mis Dulces Tesoros.

 

Gracias mi querida Marina por este regalo.

BdTGL.  

 

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Hay un camino al otro lado de la pradera, hecho de laberintos y hojarasca. Algunas veces pienso en recorrerlo siguiendo la luz de tu mirada. Es de noche, no hay luna.

Será un sueño improbable en un mundo imperfecto, donde los jirones de tantas respiraciones como han sido, pierden el sentido al llegar a ti.

Encadeno el temblor de tu sonrisa en el azul pasajero de tu inquieto latido. Recojo la suavidad de las puntas de tus dedos cuando recorren, rozando apenas, allí donde nadie responde.

Se encienden las hogueras para disipar la noche, y nos encuentran reclinados en los deseos del otro, vibrando las cuerdas de los violines rotos que encontramos dispuestos para el baile.

 

Recogemos los trajes de lino blanco recién almidonados. Ansiosos, rogamos en silencio que sean de nuestra talla.

 

(Marina)

Imagen "Springtime, Harlem River" (Carmensabes)

 

 

 

Creación.

Derrítete entre mis dedos

para volver a crearte

a imagen y semejanza de mis deseos,

conviértete en el génesis de mi sueño inmaculado

surgiendo desde mis pensamientos.

Despréndete de mi costilla 

para mostrarte la necesidad 

de toda esencia diseminada

y verte nacer exhalando vida.

Que tendrás los ojos colmados de ternura

los labios rebosados de voluptuosidad,

tendrás el rostro de niña

y el cuerpo cubierto de candor,

tendrás el alma iluminada de estrellas

y el corazón de una preciosa criatura alada,

la pasión y el amor serán tu mayor poder,

serás mi reflejo

y así distinto será por ti mi después.

 

Mía.

La ataba a mi y la rendía

penetrándola con sólo el destello de los ojos, 

me internaba en su ser

y llena de dicha ella me complacía.

Se abría sin temor a todas las posibles fantasías

y de sus labios surgían todas las palabras que yo quería,

ella era todas las maneras posibles de ser y hacer

entregada en devoción y absoluta adoración

a cada emoción expresada hasta las lágrimas.

Nada pedía y todo ofrecía,
llevaba grabado el sentimiento más allá de la piel

y en su cuello lucía un collar 
engarzado de suspiros y latidos,

con una cadena que unía las almas en una promesa,

dueño de su alma y corazón,

porque era todo

con sólo ser mía.