De un leve susurro
le brotaba el ardor en el vientre,
era como la ira de su goce que irremediablemente
culminaba hecha mar desde sus entrañas.
le brotaba el ardor en el vientre,
era como la ira de su goce que irremediablemente
culminaba hecha mar desde sus entrañas.
una simple y bendita palabra
desencadenaba su tormenta,
y mis labios eran los portadores de ella.
desencadenaba su tormenta,
y mis labios eran los portadores de ella.