Mi voluntad en ti se hace
cuando feroz trazo en tu piel la ruta del deseo,
desde tus cuatro puntos cardinales
te hago crecer en sentimiento
y a mi manera descubro
un mundo nunca de nadie,
un mundo ahora mío.
Tócame,
tócame en lo más profundo,
hazme creer en el ruego sobre tus rodillas
que yo te daré lo que necesitas,
llenaré tus ojos como la luz del día
para que engendres en tu vientre
promesas eternas y libres.
Porque no hay otros oídos
que alcancen tu petición que sólo a mi me proclama,
ni tu adoración conoce otro destino
cuando tu voz la declara.
Tócame,
tócame en lo más profundo,
encuentra en mi el alimento que colma tus ansias.