Promesa.

  Aprendí a ver

que en la opulencia de tu encanto,

encuentro mi perdida fe

y que en ti puedo ser a la vez

palabra que toca y luz que ilumina

y tú, cual pequeña niña 
eres promesa colmada de vida.

 

  

Lunna.

Libremente envuelve a las miradas,

Une dos hemisferios, luz y sombra.

Negro y traslúcido es el atuendo de su erotismo,

Níveo el rastro de su desnudez

Aliados con los sentidos en la fantasía de su piel.

 

Animal.

Posesivo es el guardián de tu templo

que en un rugido se apodera de tu razón,

te vuelves vulnerable

ante garras incisivas e impetuosas.

Expele su fuego

en la cópula que sufres, que gozas

sometida a su fuerza, a su dominio

que devora tus entrañas

irrumpiendo hasta la contorsión.

Subes hasta la cúspide 

ardes sin consumirte, come sin saciarse

con ese apetito voraz que convoca

al filo de la locura,

al borde de lo animal.