Amo ese instante
en que se viste con un gesto simple
volviéndose mágica ante mí.
Amo el afluente
que entre sus piernas desemboca
y es acto y consecuencia
siendo perfección
y en mí perversión a la vez.
Amo el clamor que musita como mantra
y la tiende abrazada a mis pies,
en espera de ser alzada
como hoja al viento
para descender plena en desnudez.
Amo,
cuando soy el mi... y ella es el te...