Se convierte en todo lo que quiero
dejándose ir amparada en mis designios,
entre susurros y gemidos
pura y en sumisa rendición,
porque pura es la palabra que sacude
como febril caricia,
y late el enigma a descifrar.
Tan preciosa en cada respiración
vestida con piel de venus,
llena de cegadora luz
como nunca se ofreció,
nunca así de nadie, en lo más alto,
sobre un altar,
diosa y tan pura.