Qué sabor guardas
cuando dejo la miel
empapada en tus sonrojados labios,
cuando eres lumbre
fúlgida a merced de mi hacer
y entre jadeos cedes a mi antojo.
Qué aroma desprendes?
cuando se te vuelve imperioso
el roce de mi cortejo en lo más hondo
e impregnas de tu íntima esencia
las prendas que en ti llevan
silenciosamente mi presencia.