Puedo imaginarla volando
como ingrávida hoja al viento
para posarse libre donde quiera,
porque así es cuando la admiro
tan pequeña dando saltos
y riendo llena de viveza,
que como rayo de luz
eclipsa todo mi mundo
atrapándome con su hechizo de nínfula,
mientras la delineo queriendo plasmarla
entre suspiros febriles de mi mirada
como único pretexto para tenerla,
porque ella me hace vivir
y yo le doy mi vida entera.