Si alguien pudiera verla
epifánica envolviendo con su luz,
pintando con sus colores,
tomando la forma que ha de tener
un suspiro que exhala vida.
Celosas estarían las estrellas
porque su brillo viaja
tan lejos entre distancias,
celosa también la noche
que por sobre la luna sea la elegida,
Celosos otros labios
de que sus besos le arrebaten
el aliento a los míos,
celosas las miradas de ver en ella
toda mi fortuna.
Celoso yo
de querer saberte siempre
tan solo mía.