Cuerpo luminoso,
obsesión constante de todas las horas,
piel de marfil
con pétalos de rosa que se hacen carne
donde se anidan las intenciones,
donde dulce es el susurro que incita
y alado el corazón que late
en el atrevimiento de los dedos
desatando la tempestad
de su encanto, de su voluptuosidad
y de mi simiente
que en ella dará flor.