Le robo
desde el primer hasta el último sueño
habitándola cada noche,
inquietando
sus nocturnos pensamientos
enlazados a mí.
Rapto su cálido sudor
deslizado junto al mío
y dentro de ella me evaporo
como ardor que no cesa.
Al despertar correrá
como corre la brisa
para abalanzarse hasta mis brazos,
cuando aún soy pájaro