Piel de marfil
y dos candiles sobre su faz
brillando como girasoles entre sus pecas.
Un par de largas hebras
cuelgan de su cabello azabache
y efluvios de su corazón en flor
bañan una luna cubierta de miel
engendrada en primavera.
Porque ella vestida de albor,
fulgurante como astro de alabastro
le basta a mis ojos
para que sepan lo que es la belleza.