No hablará el tiempo
de otra caricia con igual tacto
tras millares de estaciones que marcaron
la sin fortuna de ser.
Solo contará de la agonía de la espera
ante la presencia que la vence
con la fuerza de cada instante
escapándose de la fugacidad.
Como no habrá canción que iguale
el dulce susurro que de ti se apoderó
de vértice a vértice hasta la profundidad
regando tus venas de vida
para verte renacer convertida