Dentro voy expandiéndome
punzante, latente,
apropiándome del calor interno,
empalando la rebeldía de su ser
desatada entre pasiones
que en mojado placer envuelvo.
Ella sabe quien gobierna su mente,
quien somete a su cuerpo,
conoce la postura que complace
a quien irrumpe y rompe
violando sus deslindes
con la razón que cede a favor del instinto.
Así es como impongo mi causa,
así es como siembro mi revolución
en las humedades de sus campos,
las que palpo para sentir
el sabor de mi victoria.