Alimenta mis obsesiones
cuando es la dádiva
que me llena de satisfacción,
soy amante de su lascivia
es como un pedazo de cielo,
como el mismo ángel
que pierde altura sin sentir miedo
para dejarse caer en mis manos.
Alimento sus perversiones
cuando soy una adicción.
que la llena de extraña calma,
es amante de mi lujuria
soy como las flamas del infierno,
como el mismo demonio
subiendo a lo más alto con toda seguridad
para darle alas a sus ocultos deseos.
Así volamos.
Así volamos.