Se presenta vestida de verano
con la sonrisa declarada
bajo el traslúcido velo blanco
que cede sin resistencia
ante el gentil tacto
que descubre en ella el gesto perfecto.
Apenas una línea oculta
delimita la ternura de la tentación
y yo dispuesto a cruzarla,
y ella dispuesta a brindarme
el sabor de la mezcla entre ambas
con toda su gracia y generosidad.
Y aún cuando
ninguna palabra nace de sus labios
ante mi mirada y en silencio,
plenos de insinuación