Hembra en flor
que de un sueño inocente despierta
para dejar de ser fruta prohibida
entre su anatomía de certezas
y de promesas
que nunca han sido besadas.
Puede llevarme a tientas
donde quiera su belleza,
con ese embeleso
que se torna perfume que fascina,
o melodía que baila
al son del aire y que oigo
peligrosa como una tormenta,