Y si sangro
que sea como sudor cálido
que impregna el tuyo propio
bajo el manto de la desnudez
que nos cubre con furor.
Porque furor es lo que nos agita
mientras colisionamos
como dos células que originan vida
al fundirnos torso contra dorso
para tan solo rendirnos ante lo carnal
de esta fecunda simbiosis
que nos expande como reguero
por placeres interiores.
Y si sangras,
que sea como lluvia purificadora