Como aire confortable que aquieta
la rodeo con deleite,
me siente en su dorsal
haciendo tambalear su guardia,
alentando su humedad secreta
fruto de mi impronta.
Con mano diestra y certera
me apropio de su ramal,
sin poder negar la inquietud
muerde el bocado tan placentero.
Entro en su profundidad
horadando sin sosiego
hasta conseguir la mansedumbre,
así cobra vida
marcada a puro fuego
con mi enseña en su grupa fundida.