En el camino que lleva a la verdad
conocí su inclinación
por los placeres libertinos
y encontré en ella
todos los pretextos para caer.
Me hizo confidencias
que nacían desde su vientre agitado
y en mis oídos eran
un tropel de gemidos.
Sobre su espalda bordé rastros
de húmedos sueños
al conocer la profundidad
de su infinita virtud.
Puedo asegurar cuan único
es el don que posee y atrae
cuando se manifiesta
en toda su naturaleza viva.