Cada mañana, al comenzar la rutina diaria, a Él le gustaba dejarle una rosa sobre la almohada antes de salir rumbo al trabajo. Así Ella sentía al despertar ese aroma que tanto le evocaba sin saber el motivo, por alguna razón el aroma de las rosas le hacía viajar.
Y así también viajaba a diario tomando el tren que la llevaba a las afueras de la ciudad. El trayecto se extendía por un par de horas, por lo que en más de una ocasión el sueño la envolvía y terminaba por rendirla antes de llegar a su destino.
Fue lo que sucedió aquel día, sobresaltada abrió lo ojos y lo vio sentado en frente, llevaba un sombrero de copa y una rosa en las manos, levantó la mirada y al verla tan sorprendida le sonrió. Ella le devolvió la sonrisa con amabilidad sin entender aún el por qué le resultaba tan familiar esa mirada.
Trató de disimular su nerviosismo ante aquel caballero que solo quitaba la vista del libro que leía para posarla sobre ella. Al esquivar esa penetrante mirada fue que se dio cuenta de que el desconocido llevaba una antigua cámara fotográfica. Ella apasionada por la fotografía sabía reconocer un modelo de hace tantos años atrás.
De pronto todo se oscureció, al momento de atravesar un túnel, el tren pareció agitarse sobre los rieles fuertemente, ella cerró los ojos ante ese repentino movimiento. Al abrirlos el vagón se iluminó por la luz del radiante día, volvió a mirar al asiento frente a ella, pero ya no había nadie, el elegante hombre ya no estaba allí. No obstante había dejado olvidado su libro y la rosa. Ella la cogió aspirando su fragancia y leyó el título sobre la tapa del libro: "Amores de otras vidas".
El tren se detuvo, bajó del vagón y Él que estaba esperándola en la estación, le tomó una fotografía al instante de bajar, fue cuando lo notó y preguntó: "De dónde has sacado esa cámara?", "Acabo de comprarla en una tienda de antigüedades. Es para ti".
Entonces se sonrieron mutuamente con el brillo eterno en las miradas.
* Relato que forma parte de la convocatoria "Silencio, se rueda..." para el blog "Paraíso de Letras" de Ginebra Blonde.
© DULCE
* Relato que forma parte de la convocatoria "Silencio, se rueda..." para el blog "Paraíso de Letras" de Ginebra Blonde.