Compláceme
con la divina curva jónica
de tus elíseos encantos,
entrégate indefensa
ante los ojos
ávidos de piel alborea.
Desvela
la abundancia de talla exacta
para mis manos codiciosas,
deja que al mirar recree
el reflejo de mis besos
en el doble oval de tus espejos.
Y en la dialéctica sinuosa
de la anatomía,
ver como brota la poesía