Desde una tierra ignota
llega cruzando el limbo
de las negras noches azarosas.
Piel con piel
se desnudan sus palabras
divagando en retazos y caricias.
Más allá de su refugio
se atreve en sus pasiones
o se pierde entre silencios.
Pero vuelve siempre
hasta la orilla
donde la marea reposa.