Cada día antes de comenzar la clase recibía un mensaje lleno de insinuación, "qué me enseñarás hoy?", entonces sonreía tratando de disimular ante los demás y levantaba la mirada deteniéndose en ella que mordiendo su labio le respondía con gesto cómplice.
Los días se sucedían en ese juego constante de provocación, juego al que él resistía buscando ser fiel a sus deberes, pero el fin de curso se aproximaba y ella intrépida no renunciaría a su propósito.
Aquel día, antes del examen final, recibió su llamada...
- Sí? diga.
- Hoy quiero conquistarte, por un momento tenerte y hacer lo que te gusta, lo que me pidas, lo que quieras. Llegar hasta ti y de rodillas bajar tu cremallera, acariciarte, ser deliciosamente obediente, ser dócil, solo contigo, para ti, el primero, el único, que tu excitación brote presuntuosa, sentir tu respiración agitada y tus manos llevándome a más.
Quiero que tú lleves el ritmo, como si vieras en mis ojos el deseo, quiero ser tu mejor alumna, quiero tu orgasmo, lo quiero para mí...
Tras algunos minutos en que solo su voz de tono suave y cadencioso llenaba los oídos de él, una exhalación de placer hizo que ella por un instante se silenciara y luego dijera...
- Como me gusta ese gemido que acabo de oír, sé cuanto me deseas, lo sé cuando me miras en clases. Sólo quiero saber algo más.
- Dime qué es? (respondió él casi sin aliento)
- Estoy aprobada?
© Dulce
- Sí? diga.
- Hoy quiero conquistarte, por un momento tenerte y hacer lo que te gusta, lo que me pidas, lo que quieras. Llegar hasta ti y de rodillas bajar tu cremallera, acariciarte, ser deliciosamente obediente, ser dócil, solo contigo, para ti, el primero, el único, que tu excitación brote presuntuosa, sentir tu respiración agitada y tus manos llevándome a más.
Quiero que tú lleves el ritmo, como si vieras en mis ojos el deseo, quiero ser tu mejor alumna, quiero tu orgasmo, lo quiero para mí...
Tras algunos minutos en que solo su voz de tono suave y cadencioso llenaba los oídos de él, una exhalación de placer hizo que ella por un instante se silenciara y luego dijera...
- Como me gusta ese gemido que acabo de oír, sé cuanto me deseas, lo sé cuando me miras en clases. Sólo quiero saber algo más.
- Dime qué es? (respondió él casi sin aliento)
- Estoy aprobada?
© Dulce
Relato que forma parte de la propuesta: "La llamada"
para el blog "Paraíso de Letras" de Ginebra Blonde.
para el blog "Paraíso de Letras" de Ginebra Blonde.