jueves, noviembre 29, 2018

Mimos para el León.

 
De detalles se hace la vida, más cuando estos vienen con cariño
y aquí tengo dos que confirman aquello.
 
El primero de MaRía, un collage de imágenes que me identifican
 y el segundo de Felina, un libro para el León ;)
 
Gracias MaRía y Felina por regalarme.
 
Besos dulces.
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sábado, noviembre 24, 2018

Intrépida.


Cada día antes de comenzar la clase recibía un mensaje lleno de insinuación, "qué me enseñarás hoy?", entonces sonreía tratando de disimular ante los demás y levantaba la mirada deteniéndose en ella que mordiendo su labio le respondía con gesto cómplice. 
 
Los días se sucedían en ese juego constante de provocación, juego al que él resistía buscando ser fiel a sus deberes, pero el fin de curso se aproximaba y ella intrépida no renunciaría a su propósito.
 
 
Aquel día, antes del examen final, recibió su llamada...

- Sí? diga.

- Hoy quiero conquistarte, por un momento tenerte y hacer lo que te gusta, lo que me pidas, lo que quieras. Llegar hasta ti y de rodillas bajar tu cremallera, acariciarte, ser deliciosamente obediente, ser dócil, solo contigo, para ti, el primero, el único, que tu excitación brote presuntuosa, sentir tu respiración agitada y tus manos llevándome a más.

Quiero que tú lleves el ritmo, como si vieras en mis ojos el deseo, quiero ser tu mejor alumna, quiero tu orgasmo, lo quiero para mí...

Tras algunos minutos en que solo su voz de tono suave y cadencioso llenaba los oídos de él, una exhalación de placer hizo que ella por un instante se silenciara y luego dijera...

-  Como me gusta ese gemido que acabo de oír, sé cuanto me deseas, lo sé cuando me miras en clases. Sólo quiero saber algo más.

- Dime qué es? (respondió él casi sin aliento)

- Estoy aprobada?

© Dulce

 
Relato que forma parte de la propuesta: "La llamada"
para el blog
"Paraíso de Letras" de Ginebra Blonde. 
 

lunes, noviembre 19, 2018

Albur.


Tiembla
envuelta en el albur
cuando gobierno sobre sus pálpitos
y me apropio de sus palabras
demandando la irreverencia
de su morbo.
Entonces se reclina
y cumple el rito
amparando en sus labios
la dicha inflamada
que como sacra revelación
quiere ser venerada.