Dentro
ultrajando los sueños,
despertando lo dormido
en la tibia humedad
de un amanecer inexplorado.
Cuando nacen rumores
desafiantes en sus ojos,
en su boca, en su sexo
sembrando la simiente
de la lascivia que aguardaba
tras la paciente espera.
Gestándose a cada pulso,
amparándose en el sigilo
al calor del abrigo
que llena y habita
entre latidos.