Ciegos quienes no ven
más allá del velo de la opulencia
la impronta de la elegancia.
Ciegos quienes ignoran
la imagen que deleita
con fina simpleza.
Ciegos aquellos que desprecian
el natural encanto que desata
el incendio ante la mirada.
Ciegos los que niegan
el alma de la belleza
ungida de verdad.