Impulsiva tormenta
que anidas en tu núcleo
emociones diversas
y te desatas
siendo aire que vuela
hasta tornarte caricia
fecunda de reflejos
brotando desde la mirada,
porque amoroso es el beso
que rapta la sonrisa de tu boca
donde habita el esmalte
que baña lo esencial de tu envoltura,
veraz e inefable preciosura.